sábado, 29 de marzo de 2008

un video del Anti/pasados de punk



tal vez fuimos lo que se ve ,pero nos quedo el atardecer

martes, 25 de marzo de 2008

Gracias Trujillo/ Presentación de la hija del carnicero / casa de la Enmacipación






Gracias a Luis Vigo y diario la Industria ,canal 35 y los blog de noticias locales por tan lindo acogimiento...Trujillo en mi corazón, en especial a mi Familia

miércoles, 12 de marzo de 2008

FOTOFRAFIA / Poema para Baires del Libro CORAZA julio 2008






Ay hay en Baires

Ay del que se encharca poseído en el riel.
Hay de este que carga la bandeja del menú que cenaras hoy.
Ay por que con un dolor de hijos mal paridos se avinagra las vísceras.
Hay esta carne de San Telmo en barrio gaucho y se tritura al masocón tiempo.
Hay del tendedero en la calle farol,
cantando Gardel, volando las ropas.
Hay que mientras se van los malos aires en el museo de la ciudad,
hay una muñeca inerte sonriéndome

Ahí hay
El vino y el mino me sonríe
atorada en este mar de gente delirante
Mientras esta compañera del tiempo toca mis senos arbitrariamente.
Ay
Muñeca
Es un gran día te lo perdonare
iggy pop nos muestra el culo
Yeah yeah
Tirada en el suelo te quiero a ti.
Nos cobijan los aviones y nos ensordece el punk.

La hija del carnicero de Vanessa Martínez por Augusto Rodríguez




Siempre he creído que la poesía peruana ha gozado y goza de buena salud. Y entre las voces más maduras de las poetas del hermano país vecino podría destacar a Carmen Ollé (Lima, 1947) y a Blanca Varela (Lima, 1926). Sobre todo sigo muy atentamente la obra poética de Varela con su tono sincero, áspero, punzante y duro. Menciono esto porque inevitablemente a leer la poesía de Vanessa Martínez (Lima, 1979) creo hallar algunas líneas en común, coordenadas o hasta temas comunes, pero sin duda, la obra poética de Martínez sigue y seguirá sus propios derroteros.

Leo y releo su ópera prima La hija del Carnicero (Editorial Zignos, Lima, 2007) y cada vez entro en peligro, ya que las palabras ensordecen, se quiebran, vuelan como insectos deformados por el constante trabajo de su autora por extirparlas y por tratar de que las palabras como pequeñas serpientes expulsen el veneno oscuro/ el cuchillo de su interior a nuestros ojos y oídos de lectores. La poesía de esta autora va directo al cuerpo, quita el aliento, no da tregua, se deposita en los párpados y se mantiene entre la locura y la rabia. Es un tipo de poesía desenfadada, que pretende no seguir el curso normal para adelante, según los indicadores; sino que le interesa ir en retroceso, volar, ir para los lados.

En La hija del Carnicero nos enfrentamos a un discurso inclinado al amor y a las dolorosas relaciones de parejas desde una total libertad. Su poesía es el espacio para la trasgresión, para la búsqueda de sentidos y de nuevas sensaciones. La mejor droga para experimentar en el delirio, en otras órbitas o en total desenfado:


Soy feo y me haré una amputación para ti

con frases para testamento,

donde tú, niña,

tendrás que percibirte agradecida

por toda esta magra carne

que huye en las tenebrosidades

de mondongos,

alcohol

y olor a ceviche sazonado

por hambrientos feligreses

entre

las piernas de las putas.



regresaré a casa todo macho pincho frío,

en mi taciturna ebriedad,

a darte las buenas noches.



qué cosa te queda:

querías el título

y, total, ahora eres la importante,

la freak del músico

y del Rock and Roll,

baby,

no te olvides

el puto Rock and Roll



También vale notar que la poeta escribe y bordea en el erotismo con grandes dosis y con una fuerza descomunal que vale seguirle la pista y no perder sus huellas. Aquí el poema que da título al libro La hija del Carnicero:



No he podido profesar,

la luminaria y el silencio cómodo

de habitar feliz

y emplacebada en este piso machihembrado a pata calata,

he caminado como ganadora del Nóbel,

directo a la cocina,

donde tantas veces te guisé besos y

pedazos de senos.



no he dejado de sonreír

y apoyándome tambaleante

he visualizado tu magnífica fisonomía,

he localizado con mi índice trotamundos

en este atlas de cuerpo moldeado por ti,

el ancladero donde quisquillan efervescentes insectos.



y justo allí donde hallo el vértigo de tu amor,

me he estacionado,

he abierto la gaveta

y me he clavado el cuchillo,

para no olvidarme de esto.


Muy bien aquí cabe una reflexión de la poeta chilena Paz Molina (Santiago, 1945) para hablar de la poesía de Martínez: “El poema, así resuelto, viviente como un ser, podrá entonces percibirse y olerse cual una fruta. Ofrecerá también una forma lisa y bien pulida; suave y fibrosa ha de ser su carne fragante. El verso ha de sostener su propio aliento en concisión y densidad. Los amores y las perdidas luchas deben habilitar en él con pasión ceñida. Y aún la suma de inefables maldades podrá asomar entre verso y verso su cabeza múltiple. Existe un pulso de la experiencia, un ritmo interno y audible que se hace grávido en ciertos momentos de lucidez reflexiva y expresiva. Estos dos constantes de la percepción deben fijarse y fundirse en el poema con la fuerza amorosa de lo generador de vida”.


Con estas palabras quiero tratar de globalizar la poética de Vanessa Martínez, como se puede observar y leer en su poesía, sus constantes son el desenfado y la movilidad. No sólo quiere que el poema signifique, sino que quiere que haga y deshaga, rompa, cristalice, se movilice entre los dedos/ojos del lector para ponerlo contra un paredón imaginario:



Una infanta disfrazada de realidad,

corre a través de paisajes etéreos,

tal vez porque es libre,

tal vez porque está huyendo.



Los juguetes

-eróticos fetiches-

la esperan en casa

para derrocharse

y pernoctar en su tiempo infantil,

que se alimenta

de un sueño perverso.



¿entonces

de qué se avivan los sueños,

de alguien que sueña con ser nada?



la realidad es ella

y

ella

no existe:



se reinventa.


No es fácil hablar de la poética de esta autora, porque ella nos da ciertas pautas comunes y de ahí nos da el delirio. Entre la realidad y lo que podemos apreciar a ras de piel es una cosa, lo otro está en forma subterránea. Su poesía entra por los ojos y como un virus imperceptible destruye desde adentro, nervio, carne, sangre, cerebro, hígado y hueso y expulsa su tan mencionado veneno/cuchillos para oscurecernos/desangrarnos la existencia y partirnos en varías partículas que por desgracia nunca tendrán un mismo fin.



Guayaquil, Ecuador, marzo 2008

lunes, 3 de marzo de 2008

DENUNCIA / La poeta Melissa Patiño Hinostroza debe ser liberada inmediatamente.



La joven gestora cultural y poeta Melissa Rocío Patiño Hinostroza (20
años) ha sido detenida y acusada de terrorista por asistir como
promotora cultural y comunicadora social a un encuentro político de
Coordinadora Bolivariana de Ecuador.

Melissa Patiño es miembro del grupo cultural "Círculo del sur" grupo
que reúne a jóvenes poetas que organizan recitales en Lima sur.
Además, participa en la producción del programa "Todas las voces" de
radio Stereo Villa 101.7. Es estudiante de administración en la
universidad de San Marcos, tiene 20 años.

¿Qué hacía Melissa con la coordinadora Bolivariana? La historia es la
siguiente: el director y conductor del programa radial, Luis Enrique
Amaya Álvarez, recibió la invitación de la Coordinadora Continental
Bolivariana para asistir a este encuentro en su calidad de hombre de
radio.

El II encuentro de la Coordinadora Continental Bolivariana (CCB),
congregó a alrededor de 800 delegados de Cuba, Venezuela, Perú,
Uruguay, Brasil, Bolivia y se hizo a puertas abiertas en Ecuador, con
conocimiento de las autoridades de ese país.

Cuando terminó el encuentro, Mellissa fue subida a un bus por los
organizadores del evento junto a muchas otras personas. En ese bus
iban otras seis personas que ahora la policía sindica como "integrantes del
MRTA".

Los abajo firmantes que conocemos a Melissa Patiño sabemos que ni sus
acciones ni su posición política tienen cercanía alguna al de algún
movimiento subversivo marxista leninista peruano o internacional.

Sabemos que ha sido detenida sin que exista prueba alguna en su contra
de algún delito que haya cometido y que ha sido privada de su libertad
en un abuso de autoridad intolerable.

Los abajo firmantes exigimos su inmediata libertad.

Javier Arévalo
Giancarlo Huapaya Cárdenas
Rafael García Godos
Alessandra Tenorio
Florentino Díaz
Víctor Ruiz
Diego Lazarte
Salomón Valderrama
Vanessa Martínez
Joan Viva
Wilver Moreno
Luis Enrique Amaya
Julio César Vega
Pablo Salazar
Gloria Ramos
Alejandra Escajadillo
Julián Alberto Alaluna
Paul Guillén
Harold Alva
Oscar Saavedra Villaroel (Chile)
Héctor Hernández (Chile)
José Pancorvo
Carlos Valencia
Maria Rumaja
Juan Pablo Mejía
Paulo Peña
Dalia Espino
Alex Morillo
Jesús Zavala
Marcela Saldaño (Chile)
Camilo Herrera (Chile)
Roger Santiváñez
Jaime Coahila
Yaxkin Melchy Ramos (México)
Víctor Coral
Jorge Alejandro Vargas Prado
Julio César Valdivieso
Juan Augusto Ricardo Carrasco Huamaní
Miguel Ildefonso
Rosina Valcárcel
Cristina Castello





Melissa Patiño ha sido secuestrada por la policía:
El Ministro Alva Castro debe responder si los derechos civiles en el Perú están suspendidos.

Hemos luchado contra una dictadura para tener a un Estado vigilante de que los ciudadanos seamos amparados por la ley: no metimos a la cárcel a un tirano y desmantelamos a su mafia para que un gobierno democrático utilice el poder que le ha conferido los urnas para que lo utilice en campañas de intimidación a quienes no piensan igual que ellos.
El Ministro Alva Castro ha recibido una orden: vigilar que las cumbres internacionales que este año se realizarán en el Perú, sean seguras. Objetivo que cualquier ciudadano peruano inteligente y democrático seguramente comparte.
Pero la incompetencia del Ministro Alva Castro lo ha llevado precisamente a negar con sus acciones lo que predica con sus palabras, él ha dicho "vamos a darle todas las garantías a los países y a los visitantes de que el Perú es un país democrático, de libertades y que tiene como signo y destino el progreso."
Pero cómo puede este gobierno garantizar los derechos civiles en el Perú privando abusiva e ilegalmente de su libertad a un ciudadano contra el que no tiene prueba alguna.
La poeta Melissa Patiño Hinostroza participó en una reunión pública en Ecuador convocada por la Coordinadora Continental Bolivariana. Asistió con todos los gastos pagados como representante de un grupo cultural llamado "Círculo del sur"; asistió como productora de un programa cultural radial diario que se transmite por Stereo Villa y cuyo nombre es "Todas las voces", acudió en reemplazo del director de este programa, que no podía ir porque la emisión sale todos los días, y porque estaba negociaba un nuevo contrato con la emisora y no podía dejar que la programación se interrumpiera.
Cuando Melissa Patiño regresaba de Ecuador, los organizadores del evento político la subieron a un bus donde conoció a las personas con las que finalmente fue detenida en Tumbes.
El Ministro Alva Castro ha obtenido su impacto mediático: y tiene a sus "presuntos terroristas" detenidos.
La Ministra Florez Araoz sale a felicitarlo y dice que esto "demuestra que el Perú está tomando las precauciones necesarias para el éxito de las cumbres internacionales."
Pero al menos uno de los detenidos Melissa Patiño Hinostroza es inocente y los funcionarios del Gobierno, cuya tarea es velar porque los derechos de cada peruano sean protegidos, demuestran no solamente su absoluta incompetencia sino el desprecio total por las leyes que deben hacer cumplir y su voluntad de subordinar a sus intereses políticos el interés de una nación que debe vivir bajo el amparo de la ley.
Lo que el Ministro del Interior Luis Alva Castro debe responder a todos los peruanos es:
¿Existe el delito de reunión en el Perú? ¿Existe el delito de agrupación?
¿Estamos notificados todos los peruanos de que si no pensamos como los funcionarios del gobierno, podemos ser detenidos para ser investigados?
¿Hoy puede detenerse a los ciudadanos en el Perú sin prueba alguna?
¿Si un comunicador acude a un evento político internacional se convierte automáticamente en sospechoso?
¿En el Perú podemos ser privados de nuestra libertad por el libre albedrío de un funcionario público porque nos cree sospechoso de algo?

Javier Arévalo
Escritor